El Tonto y los Sabios

Adrogué

Era muy lindo, un pueblo laberíntico. A veces, algunas noches de verano, salíamos mi padre, mi madre y yo a perdernos. Al principio nos costaba un poco de trabajo, pero luego nos perfeccionamos tanto que nos perdíamos enseguida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


*