El Tonto y los Sabios

Rule of Law

El curso hace silencio. El rubio (por lo general ocupa un asiento cercano al ventanal, pero hoy se ha corrido hacia el centro del aula) ha preparado la exposición cuidadosamente. Es su defensa del trabajo final de la carrera. El tema: respeto a la ley,  división de poderes y debido proceso legal. Lo eligió hace tiempo, inducido por una discusión provocada por dos de sus compañeros de la Franja referida a la boleta única, que concluyó con una algarada masiva, repleta de profecías agoreras sobre el futuro del país.

El profesor les preguntó entonces si habían contemplado la posibilidad de indagar si la boleta única no podría ser la última y definitiva acta de defunción de los partidos políticos. Pero ninguno se animó a responderle.

El rubio ha estudiado, aunque no demasiado. Expone sus conocimientos haciendo una mezcla de  lugares comunes propios de un programa político de televisión. Exterioriza un desdén parecido al de Jorge Lanata. Gira de tanto en tanto su cabeza, satisfecho, mirando al resto de la clase. Al profesor le parece que expone con la altanería propia de ciertos intelectuales que confunden conocimientos técnicos con pura y simple charlatanería. Cree recordar que la expresión le pertenece a Fred Rodell.

Piensa que carece del decoro apropiado la exposición del futuro magister, un petulante que trasluce en cada frase su desprecio hacia la ordinariez e ignorancia de los gobernantes, y su temor ante un porvenir que intuye plagado de peligros. Cree que un alumno así encajaría en la inteligencia del siglo XIX, cuando se discutían propuestas ciudadanas que luego fueron alcanzadas, por entonces aún inexploradas, hoy antiguallas. Al profesor le viene a la mente la tesis doctoral de Carlos Pellegrini sobre el derecho electoral, la libertad del sufragio, y el voto femenino. ¡Cómo lo habrán aplaudido cuando la defendió!

Pero eran tiempos en que aún se discutía sobre el voto calificado. Hoy es septiembre de 2011. Vistos desde esa perspectiva, los temas centrales elegidos para el trabajo final de carrera por el futuro magister no superan el cielo raso.

El profesor se sorprende de pensar así. Imagina que la clase entera, y todo el cuerpo docente universitario también se sorprenderían hasta el asombro. ¡Justo él, el autor de Los Derechos del Ciudadano Agente, y de Los Resabios del Autoritarismo en las Repúblicas Democráticas! ¿Qué le habrá pasado?

Es una mañana espléndida que preanuncia la primavera. El sol lo encegueció cuando salió a la superficie desde el subterráneo, yendo para la facultad, pero enseguida la ceguera se transformó en deslumbramiento. Repara en la ciudad meciéndose al ritmo de los ruidos del tránsito y el repiqueteo de los bombos de una protesta callejera de los empleados del Banco Ciudad. Piensa que hay un orden inadvertido dentro del desorden. Un orden nuevo, nacido del desorden de una década atrás.

El rubio anuncia que el hilo conductor de su trabajo es que la ausencia de respeto a la ley  condenará a la Argentina a la oscuridad eterna. El profesor no lo escucha. Contempla a Buenos Aires a través del ventanal, ve el correteo de la gente trabajando y consumiendo, se distrae repasando circunstancias del pasado, pero vuelve a prestar atención cuando el rubio dice que el marco del Rule of Law no funciona, entre otras razones, por nuestra herencia española, desordenada, despoblada de reflejos de obediencia, que sí distinguen a los anglosajones. Y arremete una vez más contra las tendencias hegemónicas gubernamentales. Anuncia que continuará sus estudios en Yale o en Harvard. “Esto no da para más”, dice.

Al profesor lo gana la incomodidad. El trabajo no ha tenido en cuenta siquiera como hipótesis el tema de la igualdad. Todas sus investigaciones sobre el funcionamiento de las instituciones republicanas y la evolución de las llamadas democracias latinoamericanas le han enseñado que el sistema funciona mal, se desmerece en proporción a mayores dosis de desigualdad y pobreza. Tal vez es más dañina la desigualdad que la pobreza. Y la Argentina es pobre y desigual. Para peor, es de economía extranjera, lo que condiciona la independencia para la adopción de decisiones políticas que la encaminen rumbo al desarrollo. Los sectores de la economía que más han ganado en el último año están mayoritariamente en manos de empresas globales, o locales de capital extranjero. Entre las que han obtenido más beneficios, puede distinguirse una sola multinacional de capital local.

El rubio termina su defensa del trabajo final de la carrera. El profesor le pregunta si sobre un diagnóstico institucional tan preocupante como el que ha expuesto, tiene propuestas para formular. El futuro magister no duda: más república, más instituciones, vigencia del Rule of Law. El imperio de la ley y el funcionamiento independiente de los tres poderes gubernamentales permitirá reemplazar la ayuda social estatal con puestos de trabajo reales. Menciona como ejemplos a seguir a Brasil, Chile y Uruguay. (¿Dónde quedó el tema cultural del respeto anglosajón por la ley?).

El profesor sabe que los funcionarios del gobierno no son los mejores. Por ignorancia, negocios e impericia. Pero no les va mal. Han conseguido superar las barreras históricas del justicialismo y horadado los umbrales de la clase media. Perón no pudo. Menem sí, pero sólo por un tiempo, mientras duró el espejismo de la convertibilidad. Cree que estos muchachos son diferentes. Han hecho del yuyo verde de la soja un aprovechamiento aún mayor que el de Homero Expósito (“de tu país ya no se vuelve ni con el yuyo verde del perdón”).

Mientras dure –y parece que durará- les seguirá yendo bien, aunque el país pierda otra vez una oportunidad para salir del subdesarrollo. Han insertado el olfato de la militancia en jóvenes de distintas capas sociales. Han cubierto con empleos públicos bien remunerados a los sectores medios. Para los otros tienen destinados los planes sociales. Son tontos, no sabios, en lo referido a construir un país moderno. Pero son sabios, no tontos, en la tarea de acumular poder. Del conflicto han hecho un arma formidable. ¿Acaso serían hegemónicos hoy, si se hubiesen portado dulcemente desde 2007? Definitivamente no.

A la par, han construido otra historia, un relato diferente al tradicional. Se han apropiado de la historia. Antes había una historia oficial. Ahora hay otra. Viven en un país que comprobó, entre decenas de miles, la existencia precisa de 8960 desaparecidos, y 380 centros de detención. Un país que mandó presos a los responsables de las torturas y las desapariciones genocidas. Los vecinos que cita el rubio (Brasil, Chile, Uruguay) no comprobaron desapariciones, ni torturas, ni campos de concentración, pero para él impera en ellos la Rule of Law.

¡Y según el gobierno los derechos humanos encontraron su tutela a partir del año 2003, no antes! ¿Verdad y Justicia? Verdad, no.

Igualdad, tampoco.

Nada advierte en el horizonte apto para su reemplazo por una fuerza organizada, con un liderazgo fuerte, capaz tanto del diálogo como del enfrentamiento en democracia. El radicalismo vive (¡todavía!)  una situación normativa similar a la de su primera Carta Orgánica de 1892. Es una fuerza política que Alain Rouquié consideraba vieja ya en 1965. Un partido popular en el que el pueblo no tiene su lugar porque el funcionamiento de los comités sólo les permite expresarse ciertas veces en elecciones internas, un partido cuya clase media va emigrando hacia otros lares, y al cual los obreros nunca ingresaron orgánicamente. Sus dirigentes han dejado de ser nacionales, y hasta provinciales. Son dirigentes municipales. Y están esperando para carnear a su candidato después del 23 de octubre. Se plantaron contra Frondizi (¡la UCRI, no ya la UCRP!), a Alfonsín lo celaron hasta la desesperación, y a su hijo lo están esperando para destruirlo de la peor manera.

Al justicialismo lo ha reemplazado el kirchnerismo. Ya no se habla de Perón, sino de Kirchner. Es 2011 ya. Es Latinoamérica ahora, no la Argentina europea, es un continente desigual, pero con un presidente indígena, una presidenta ex comunista de tez oscura, y un presidente tupamaro. ¿Dónde podrá encajar el color amarillo del PRO en un panorama tan distinto que el del siglo XX? ¿Rule of Law? ¿Cuándo y quiénes comenzarán a construir un proyecto de desarrollo inclusivo despaciosamente, interpretando el ahora, no permanentemente el antes?

El futuro magister espera los comentarios del profesor, quien musita que las dos horas de clases han terminado, pero como el rubio no se retira, algo debe agregar.

Entonces se saca los anteojos, lo mira fijo y le indica “Recién empieza, ¿no? No alcanza. Siga investigando. Sepa, estudie, pero por sobre todo entienda. Si le parece, le mando bibliografía por mail, pero mire, no lo tome a mal, aléjese de los griegos como alguna vez hicieron los norteamericanos a principios del siglo XIX… y ya que está tan preocupado por la división de poderes, por qué no averigua cuándo murió Montesquieu, digo, porque me parece que fue hace mucho tiempo”

11 comentarios en «Rule of Law»

  1. Federico G. Polak Autor

    Los tres administradores del sitio agradecemos el cálido comentario de Fresia Robinson. Envidiamos su entusiasmo y ansia militante. Volver a la política, remozada y moderna, es lo que necesitan los partidos políticos. La campaña de todos los candidatos – con la lógica excepción de la Presidente y la sorpresa por su creatividad del dúo Altamira-Castillo- es para el olvido. Mañana subiremos un nuevo post: Coup d`État.

  2. Fresia Robinson

    Excelente Federico!!!. Es una fotografía perfecta de este momento del pais. Creo que el futuro será peor que este presente y voy a trabajar para la «refundación del Radicalismo»: creo que nos debemos dar un debate puertas adentro sobre la doctrina y la historia de nuestro Partdio. Es increíble que, habiendo tenido un Yrigoyen, un Moisés Lebenshon, un Arturo Illia, un Raúl Alfonsín estemos como estamos. Quién se llevó nuestros principios?. Felicitaciones y un cálido abrazo

  3. federico baraldo

    Excelente. Más de una vez nos quedamos en la superficie e ignoramos el impacto de la historia. Tan banal resulta la exposición cómoda del rubio, como la lectura de la realidad desde una posición endogámica y sin mirar alrededor.
    Lo que no me atrevo es a hacer pronósticos. La soberbia y el principismo se van limando con los años.

  4. Rodolfo Nadra

    Bravo Federico!
    Perfecta y profunda síntesis de la coyuntura que parece ser más que eso. Coincido en que es una nueva época y habrá que encararla con nuevas ideas, sin abstracciones académicas.
    Tu visión casi fotográfica y abarcativa con gran angular es nítida. Pasa lo mismo con el qué para buscar una salida. La asignatura pendiente (y también como una Espada de Damócles), permítaseme la metáfora, es el cómo.
    Tal vez tengamos que reaprender a pensar para pensar lo aprendido. Tampoco tengo, obviamente, la solución. Pero sólo se encuentra lo que se busca, que es lo haces en esta magnífica reflexión.

  5. Euskal du Nak

    Imagino en aquella soleada aula, sobre los hombros del profesor como los cuervos de Thor, a los espíritus de Joaquín B. González y de Indalecio Gómez, tratando de percibir, en las palabras del alumno, aunque fuera una sombra de lo dicho en los debates anteriores a la promulgación de la Ley Sáenz Peña. A pesar de su transparencia, adivino en los rostros de los dos que tienen ganas de decir: «De qué manera perdimos el tiempo trabajando para beneficio de esta horda de hunos que se ha apoderado de la República».- EdN

  6. Federico G. Polak Autor

    Gracias a Patricio Asensio Vives por su participación, aguda como siempre. Pedimos disculpas a los lectores por los errores de redacción de la versión original de Rule of Law, subida hace tres horas, que hemos tratado de enmendar un poco (aunque algunos persistan, no pueden disimularse)

  7. Patricio Asensio Vives

    Magistral. Una metáfora del desacople entre lo que estudiamos , predicamos y pontificamos (Universidades, es para nosotros y más para el Derecho Político) y la visión estrategica pendiente (se dan cuenta que ni siquiera como meta aparece el desarrollo ? )
    Párrafo aparte para una reflexión tan cierta como ominosa: «tontos para construir un país moderno pero sabios para acumular poder»; se puede volver de éste círculo fatal?
    Otra vez vamos a tirar por la borda un centenario??

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